viernes, 20 de junio de 2014

Nada es lo que era.

Las princesas ya no necesitan caballeros anónimos para que las salven. Ellas mismas se ponen la armadura, cogen las armas y se lanzan a matar a los dragones. Los villanos ya no son la encarnación misma del mal. Ya no hay nadie a quien culpar a ciegas de todo. Los personajes simples evolucionan llenos de luces y sombras, y nuestra infancia se desdibuja entre matices grisáceos. El malo no es tan malo. El bueno no es tan bueno. Nada es lo que era.
La sociedad ha cambiado los papeles en dieciséis años, lento como el agua dejando un surco en la piedra. Nada es lo que era.
Blancanieves mata a la reina y la despierta el cazador, Maléfica adora a la Bella Durmiente y la salva de su maldición, y la Bruja del Este solo es mala porque Oz el mago la rompió el corazón.  Los cuentos avanzaron con nosotros, maduraron con nosotros y ahora muestran un mundo que antes no veíamos.
Un mundo más complejo y enrevesado en el que al final…
Nada es lo que era y 

todos son los que nunca fueron. 

1 comentarios:

Anónimo dijo...

De este mundo en la comedia
eterna, vienen y van
bajo un mismo velo envueltas
la mentira y la verdad;
por eso al verlas el hombre
tras el mágico cendal
que vela la faz de entrambas,
nunca puede adivinar
con certeza cuál es de ellas
la mentira o la verdad. (Rosalia de Castro)

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