Las
princesas ya no necesitan caballeros anónimos para que las salven. Ellas mismas
se ponen la armadura, cogen las armas y se lanzan a matar a los dragones. Los
villanos ya no son la encarnación misma del mal. Ya no hay nadie a quien culpar a ciegas de todo. Los
personajes simples evolucionan llenos de luces y sombras, y nuestra infancia
se desdibuja entre matices grisáceos. El malo no es tan malo. El bueno no es
tan bueno. Nada es lo que era.
La sociedad
ha cambiado los papeles en dieciséis años, lento como el agua
dejando un surco en la piedra. Nada es lo que era.
Blancanieves
mata a la reina y la despierta el cazador, Maléfica adora a la Bella Durmiente
y la salva de su maldición, y la Bruja del Este solo es mala porque Oz el mago
la rompió el corazón. Los cuentos
avanzaron con nosotros, maduraron con nosotros y ahora muestran un mundo que
antes no veíamos.
Un mundo más
complejo y enrevesado en el que al final…
Nada es lo que era y
todos son los que nunca fueron.
1 comentarios:
De este mundo en la comedia
eterna, vienen y van
bajo un mismo velo envueltas
la mentira y la verdad;
por eso al verlas el hombre
tras el mágico cendal
que vela la faz de entrambas,
nunca puede adivinar
con certeza cuál es de ellas
la mentira o la verdad. (Rosalia de Castro)
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